domingo, 24 de abril de 2011

Vampires vs Demons vs Saiyans

Parte I

―Está empezando ―dijo Edward mirando a Bella.

Ella sintió como su corazón latía con desenfreno, su rostro solo mostraba preocupación hacia los de su familia, hacia la manada de licántropos…hacia Jacob. El vampiro de cabello cobrizo se acercó a su amada y movió una de sus frías manos hasta su rostro acariciando su mejilla, y Bella al sentir ese delicado contacto, alzó la vista para encontrarse con el rostro de su vampiro, que le sonreía con ternura:

―Todo va ir bien, Bella ―le prometió Edward―. Tenemos la habilidad, el entrenamiento y la sorpresa de nuestra parte. La lucha habrá acabado muy pronto.

Bella suspiró una vez, ella no dudaba de las grandes habilidades de lucha que poseía su familia, pero con tan solo de recordar que su familia estaría en medio de una encarnizada lucha, era suficiente para darle un escalofrió de pies a cabeza…sabiendo que ella aun andaba por ahí…
Y así sucedía, el ejército de vampiros atravesaba veloz el bosque siendo guiados por el aroma de la sangre, lanzando feroces rugidos en su avance deseosos de destrozar al enemigo en la lucha que les esperaba, sin saber que ellos ya estaban esperándolos.
En el claro al que se dirigían los neófitos, se podía observar a algunos individuos, seis para ser más exacto, tranquilamente formados en línea mirando hacia la espesura del bosque, eran nada más y nada menos que el clan Cullen. Una familia de vampiros de ojos amarillos. Padre, madre y hermanos reunidos esperando a los enemigos que se avecinaban, y preparándose para hacerles frente.
Los neófitos salieron disparados de entre los arbustos y hojas del bosque hacia los Cullen para hacerlos pedazos, ellos en respuesta corrieron a su encuentro, y luego de un grito de lucha de parte de los vampiros recién nacidos, ambos grupos se enzarzaron en un combate.
Siendo Jasper, el primero en atacar decapitando a una neonata sin más ni menos, yéndose contra mas enemigos. Emmett embistió con fuerza demoledora a uno de los neonatos, luego atrapó a una neófita tomando su cabeza y destrozándole el cuello de un movimiento. Alice, pequeña y ágil esquivaba con astucia todo ataque lanzado a ella por parte del enemigo, regresando uno que otro golpe. El padre y la madre de la familia de ojos amarillos, Carlisle y Esme, junto con Rosalie, hermosa e inmutable como siempre, se habían quedado en la retaguardia recibiendo el ataque de varios neófitos encontrándose rodeados…aunque no por mucho tiempo.
Con un bestial rugido, los licántropos quileutes se hicieron presentes en la lucha atacando con sus feroces fauces a todo vampiro recién nacido que se cruzara en su camino. Los neonatos se impactaron por la aparición de tan feroces criaturas, pero no retrocedieron en la pelea pensando que pronto todos caerían al ser más que el enemigo, pero algo que van a aprender hoy estos neófitos es que los números no ganan batallas:

―Jacob acaba de llegar ahí ―dijo Edward con la mirada lejana.

La respiración de la chica se agitó mientras un estremecimiento recorrió todo su cuerpo, no podía evitarlo, no después de lo que pasó entre ellos recientemente, cuando se besaron ella pudo darse cuenta, él tenía razón…
Siempre había sido más que un amigo para ella, por eso le era tan difícil decirle adiós…estaba enamorada de Jacob, y ahora mismo estaba preocupada por el licántropo, no quería perderlo por nada del mundo, solo podía pensar en las últimas palabras que le había dicho…

No tardare mucho

Regresara ―pensó Bella, ella lo sabía, el volvería…y ella lo estaría esperando.

Mientras tanto…en otro universo…

A pesar del brutal ataque que recibió, el Saiyajin abrió sus ojos sintiendo sobre él los muertos cuerpos de su escuadrón. Con un poco de esfuerzo movió el brazo entre los cadáveres que lo enterraban, y logro apartar el inerte cuerpo de Toteppo que se encontraba hasta arriba del montón:

Maldición… ―pensó Bardock mientras se erguía―. ¿Por qué?

El Saiyan se levantó contemplando los cuerpos de sus antiguos camaradas de lucha, con los que había invadido centenares de planetas, ahora estaban muertos, habían sido asesinados por los soldados de…

―Es cierto ―se dijo Bardock a sí mismo―. El gran Freezer quiere deshacerse…de nosotros.

No podía creerlo, parecía mentira al escucharlo, Freezer quería exterminar a los Saiyajins, a ellos, a la poderosa raza de guerreros quienes habían sido sus más fieles sirvientes invadiendo planetas para él, los había traicionado. Pero Bardock seguía preguntándose, ¿Por qué? ¿Por qué ahora?
Observó a cada uno de su escuadrón que yacía en el suelo sin vida, una vacía sonrisa se formo en el rostro del guerrero, recordando aquellas batallas que habían librado juntos en variados planetas, desde eliminar seres por mera diversión, hasta luchar por permanecer con vida ante seres extremadamente fuertes.
Miró a cada uno de sus camaradas caídos, empezando con el arrogante de Pumbukin, siempre confiado antes de luchar, ahora estaba muerto en el suelo con una mirada perdida, aunque el Saiyan era obeso y por esa misma razón objeto de burla, el siempre se mostró orgulloso de quien era, Bardock no dudaba que incluso con su arrogancia luchó hasta el final, como un Saiyajin. Dirigió la mirada hacia el cuerpo inerte de Toteppo, el más grande y musculoso del grupo, y el más callado, siempre se mostraba tranquilo e indiferente, tratando de no hacerse notar, las únicas veces en que se veía eufórico o emocionado, es cuando se transformaba en Ozaru. Luego miró a la única hembra Saiyajin de su equipo, Fasha, no era como las demás Saiyans del planeta Vegeta, puede que parecidas, pero nunca como ella. No necesitaba de cosas materiales ni comodidades lujosas de las cuales gozaban otras Saiyanas, porque tenía espíritu, un gran espíritu de lucha, lo único que le gustaba era salir hacia otros planetas para poder conquistarlos. Y por ultimo miró a Tooma, su mejor amigo, el Saiyan que siempre pensaba antes de actuar, aun puede recordar sus últimas palabras…

…Reúne a nuestros camaradas…
…Y juntos derroten a Freezer…
…Muestren la verdadera fuerza de los guerreros Saiyajins…
…Y ganen…la pelea…

No había tiempo que perder, alzó la vista al colorido cielo del planeta Meat decidido a cumplir la última voluntad de su amigo Tooma y vengar a los miembros de su escuadrón. Un aura de energía rodeó al Saiyajin y de un momento a otro abandonó el lugar volando hacia donde estaba su nave, en poco tiempo llegó al lugar donde aterrizó, abordó su capsula espacial y inició el despegue rumbo a su planeta natal.
Lo que Bardock ignoraba es que no todos los miembros de su escuadrón estaban muertos, de los Saiyajins que se encontraban tirados en el suelo, solo uno aun se encontraba respirando, pero lo más importante, con vida.
Poco a poco comenzó a recuperar la consciencia, abriendo débilmente sus ojos sintiendo en primer lugar el dolor y la fatiga sobre su cuerpo, parecía que no podría volver a levantarse, sin embargo eso no detuvo que lo intentara, y empezó a moverse con mucha dificultad. Escuchó el inconfundible sonido de una capsula Saiyana despegando, de golpe ignoró el dolor y se levantó para observar una nave Saiyajin abandonando el planeta Meat:

¿Quién…? ―se preguntó Fasha.

La Saiyajin observó los cuerpos de sus camaradas, con sus armaduras destruidas y cuerpos sangrantes, recordó lo que había sucedido, los habían atacado a traición esos soldados de Freezer, después de que la dejaron fuera de combate, ella seguía un poco consciente para escuchar las aterradoras palabras de Dodoria…

Esto nos lo ordenó Freezer…
Nos dijo que ustedes son una molestia para cumplir con sus objetivos…

Fasha no entendía la razón, los Saiyanos siempre habían sido fieles a Freezer, pero ahora él quería eliminarlos, ¿Por qué? Esa era la pregunta que rondaba los pensamientos de la guerrera. Ella miró en dirección hacia donde la nave Saiyajin había partido, pensando lo siguiente:

¿Bardock…? ―pensó Fasha―. ¿Era él? ¿Estuvo aquí?

La Saiyajin se preguntaba a donde iba, lo pensó un poco y se sintió tonta al no deducirlo, se dirigía al planeta Vegeta, tenía que reunir a todos los Saiyajins e ir en contra de Freezer, miró a sus compañeros caídos una vez más, a Tooma, Toteppo y a Pumbukin, sintiendo rabia y descontrol hacia Freezer y sus hombres, ella no iba a dejar las cosas así, ella lucharía hasta llegar a Freezer y hacerlo pagar por lo que hizo. A pesar del cansancio Fasha corrió hacia su nave espacial, la abordó y puso rumbo al planeta Vegeta:

―¡Maldito Freezer! ¡Vas a pagar por lo que nos has hecho! ―dijo Fasha mientras su nave despegaba.
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Un raro ser humanoide, de piel rosada y figura obesa, vistiendo una extraña armadura, caminaba con un aire de seriedad por los interminables pasillos de la nave en la que se encontraba, todos los soldados que por ahí pasaban miraban con respeto, pero se podía notar cierto temor en los ojos de cada uno al verlo pasar, dicho ser era conocido como Dodoria.
El ya mencionado llegó a su destino, la sala principal de la nave, en donde se encontraba el gran Freezer, se abrieron las puertas y Dodoria entro a la habitación, viendo a su amo sentado en su silla flotante mirando por una enorme ventana el espacio infinito, a pocos metros cerca de él se encontraba Zarbon, un ser humanoide de piel verde y de rasgos un poco mas humanos, llevando una armadura similar a la del extraterrestre de piel rosada. Dodoria se acercó hasta donde estaba el gran Freezer para darle su informe:

―Ya llegue majestad ―dijo Dodoria haciendo una leve reverencia, a lo cual Freezer ni se movió―. ¿Eh? ―al ver que su amo no respondía, se inquietó un poco―. ¡Oh!
―Dodoria, no hiciste un buen trabajo ―le dijo Zarbon casi en tono de reproche.
―¿Qué dijiste? ―le respondió Dodoria molesto.
―Dejaste con vida a un Saiyajin que se encontraba en el planeta Meat ―le respondió Zarbon.
―¡No digas tonterías! ¡Yo eliminé a todos! ―le dijo Dodoria enfadado.
―Entonces que significa eso ―le dijo Zarbon mirando el monitor ubicado en una parte superior.
―¿Qué?

Dodoria dirigió la vista al monitor, viendo con sorpresa que la imagen captada era una capsula Saiyajin viajando a través del espacio, abandonó su sorpresa cerrando los puños de pura rabia viendo que no todos los Saiyajins habían muerto:

―Ese infeliz…aun seguía con vida ―nervioso movió los ojos lentamente hasta mirar a Freezer, viendo que su amo permanecía quieto y silencioso―. ¡Le suplico me disculpe! ¡En seguida iré a eliminarlo! ―dijo Dodoria dispuesto a irse.
―No, déjalo que se vaya ―dijo Freezer tranquilo, sorprendiendo a Dodoria―. Todo indica que ese Saiyajin se dirige al planeta Vegeta.
―Sí, claro ―dijo Zarbon sonriendo confiado―. Y eso significa que tendrá el mismo destino que los demás.

Sin que pudieran verlo, el tirano formó una sonrisa en su rostro, una fría y malvada sonrisa dando a entender lo ansioso que estaba por destruir el planeta Vegeta, y deleitarse al contemplar el iluminado espectáculo de fuegos artificiales que formaría la explosión, para celebrar el fin de la raza de los Saiyajins. Pero Freezer borró su sonrisa al escuchar el tintineo de una alarma que provenía aparentemente del monitor, sin moverse observó la pantalla viendo el vuelo de otra nave Saiyajin dirigiéndose al planeta:

―Señor Freezer, yo… ―trato de decir Dodoria.
―Tranquilo soldado Dodoria ―dijo Freezer fríamente―. No importa cuántos Saiyajins regresen al planeta Vegeta, todos tendrán el mismo destino ―volvió a sonreír malvadamente―. No había tenido la oportunidad de ver un gran espectáculo después de tanto tiempo, ojala que sean unos bellos fuegos artificiales.
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Bardock caminaba debilitado por los oscuros pasillos de la base Saiyajin, recordando aquellas extrañas visiones sobre la destrucción del planeta Vegeta, ahora que su hijo Kakarotto había sido enviado al planeta tierra hace apenas unos momentos, ahora sabia que todas esas extrañas imágenes en su mente…eran ciertas, Freezer quería exterminarlos a todos, y tal como le había dicho Tooma…juntos tienen que derrotarlo.
En un comedor especial de la base Saiyajin, los guerreros estaban bebiendo y comiendo mientras conversaban despreocupadamente. Las puertas principales se abrieron, y al comedor entró un muy mal herido Bardock que parecía a punto de desmayarse, intentó tomar un respiro apoyando su brazo en la orilla de la mesa que encontró más cercana, pero esta al no tener el soporte adecuado, se vino abajo y el Saiyan cayó al suelo.
Todos le miraban sorprendidos por la condición en la que se encontraba, preguntándose cada uno quien lo había dejado en tan graves condiciones, Bardock difícilmente se puso de pie respirando agitadamente mirando a todos los Saiyajins que estaban en el lugar:

―Todos ustedes…deben venir conmigo… ¡Vamos a derrotar a Freezer! ―dijo el guerrero entre respiraciones.
―¿Qué? ―preguntó confundido uno de los Saiyans teniendo abrazada a una Saiyan a su lado.
―¿De qué estás hablando, estás loco? ―preguntó otro Saiyajin.
―Tienen que creerme… ―dijo Bardock―. Tooma y los demás fueron exterminados…Freezer y sus hombres quieren destruirnos junto con el planeta Vegeta para que ya no le causemos problemas ¡Tenemos que hacer algo!

El Saiyajin bajó un poco la vista recordando a sus compañeros masacrados por los soldados de Freezer, llenándose de más ira y odio hacia ese tirano, esperó la respuesta de los demás guerreros sin mirarlos, hasta que después de un breve momento de silencio empezó a escuchar… ¿risas?, alzó la mirada viendo incrédulo a los demás Saiyajins:

―¿Ya oyeron? ¡Él dice que piensa eliminar este planeta! ―dijo entre risas aquel Saiyajin que abrazaba a otra Saiyan a su lado.
―¿De verdad te encuentras bien? ―dijo riéndose otro Saiyajin.
―¿No te estás volviendo loco Bardock? ―dijo otro Saiyajin burlonamente.
―¡El gran Freezer jamás se atrevería hacer gran cosa! ―afirmó sonriendo confiado otro Saiyajin.
―¿Acaso no estuviste soñando? ―dijo otro Saiyan de forma burlona.
―…Son unos…idiotas ―murmuró Bardock escuchando las risas de los demás Saiyajins.

El guerrero sabia a la perfección que era difícil de creer, el tampoco lo creía cuando Tooma se lo dijo, tuvo que vivirlo por el mismo, luchando contra los soldados de Freezer que mataron a los miembros de su escuadrón, y que Dodoria lo atacara con la intención de eliminarlo para convencerse…pero tampoco se esperaba tal respuesta de los demás Saiyans. Mientras las burlas hacia el Saiyan del pañuelo rojo en la frente aumentaban, la ira de este también crecía, hasta que finalmente, explotó:

¡MALDITOS SEAN TODOS! ―rugió Bardock al resto de los Saiyajins, quienes callaron sorprendidos al ver la furia del Saiyan―. ¡Ya no se los pediré!...ojala…que todos ustedes se vallan al infierno, por incrédulos.

Sin decir más, Bardock abandonó el comedor dejando confundidos a los demás Saiyans, ahora no solo estaba débil y herido…estaba solo…el aun se sentía indignado por el comportamiento de los otros Saiyajins, pero a fin de cuenta dejó de importarle, allá ellos pensó, lo dicho, dicho estaba y no había marcha atrás, el tiempo seguía y no le quedaba mucho al guerrero, no había tiempo que perder. Miró unas escaleras cerca y sin dudar empezó a subirlas.
Corría velozmente las escaleras hasta que le faltó el aliento y se detuvo respirando con agitación, alzó la vista para empezar a correr nuevamente, pero al hacerlo observó que no se encontraba en las escaleras, de hecho, ni se encontraba en el planeta Vegeta, ahora sorprendentemente se encontraba en otro planeta, lleno de extrañas formaciones rocosas con extraña vegetación de color verde azulado en ellas, todas sobre abundante agua que a simple vista parecía que ocupaba la mayor parte del planeta en el que estaba, y un cielo de un color verde brillante lleno de nubes color blanco con café muy claro. El guerrero aun confundido de donde estaba, pudo percibir que no estaba solo, había alguien más en ese lugar y cerca de él.
Volteó encontrándose con otro sujeto que permanecía de espaldas hacia Bardock, vestía un traje de pelea naranja, extraño para el Saiyajin, teniendo en la espalda un curioso sello, también llevaba unas sencillas y resistentes botas de color azul y unas muñequeras del mismo color, y lo que más extrañaba al Saiyan de este guerrero, es que tenía un peinado similar al de él. Lo miró detenidamente hasta darse cuenta de que, ignorando el traje, era idéntico a Bardock, este empezó a preguntarse porque se parecían tanto, hasta que un loco pensamiento cruzó por su mente referente a este individuo:

―¿Eres tu…Kakarotto? ―preguntó sorprendido Bardock acercándose a quien creía era su hijo.

Al llegar cerca del misterioso personaje, este volteó sorprendiendo completamente al Saiyan, sus rasgos faciales eran mucho más suaves y claros que los de Bardock, pero no le cavia duda, era su hijo. Pero de la nada su hijo ante él fue reemplazado por el tirano de Freezer, el guerrero se sobresaltó por el cambio que ocurrió frente a sus ojos, y de la nada fue rodeado por una intensa luz roja, comenzando a destruirse el lugar junto con el…
Bardock despertó de su trance y notó que se encontraba de nuevo en las escaleras de la base Saiyajin que daba a la azotea, sin pensar mucho en lo que ocurrió, reanudo su paso llegando pronto al final de las escaleras y a la cima de la base, ahí trato de retomar el aliento un momento para luego mirar al cielo del planeta Vegeta, contemplando como a lo lejos se acercaba la nave del gran Freezer, dispuesto a destruirlos:

¡Yo tendré que derrotarte! ¡Cambiare el destino!...te juro que lo hare… ―pensó Bardock decisivo, cerrando los puños de puro coraje se preparó para la batalla definitiva contra Freezer.
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La nave Saiyajin cayó en una de las zonas de aterrizaje sin problema alguno, inmediatamente la compuerta frontal se abrió y una figura femenina empezó a salir de la capsula, dos soldados que estaban rondando por ahí cerca notaron la llegada de la guerrera, y reconocieron inmediatamente que era Fasha, una de las más hermosas Saiyans del planeta Vegeta que, tal como ellos y a otros soldados, los traía babeando por su belleza, decidieron acercarse a donde estaba simplemente para saludarla y preguntarle cómo le había ido en su misión, como acostumbraban hacerlo siempre, pero al acercarse más, vieron con sorpresa que ella se encontraba en deplorables condiciones, así que rápidamente fueron a auxiliarla:

―¡Oye Fasha! ¿Qué te sucedió? ―preguntó sorprendido uno de los soldados.
―Estas bastante lastimada, al igual que Bardock ―dijo el otro soldado.
―¿Qué? ¿Bardock ya está aquí? ―preguntó Fasha adolorida―. Seguramente ya está hablando con los demás sobre lo que planea Freezer ―pensó Fasha para sí, luego miró a los dos soldados ante ella―. ¿Dónde está?
―Entró a la base ya hace un rato, estaba actuando muy extraño ―dijo el primer solado―. Pero dime que les paso, si no mal recuerdo ustedes pertenecen al mismo escuadrón.
―Nos dijeron que fueron al planeta Meat, ¿acaso un habitante de ese planeta los dejo así? ―preguntó el otro soldado.
―¡Claro que no estúpido! ¡Ellos fueron muy fáciles de eliminar! ―dijo la Saiyan con su orgullo aun intacto.

Sin más que decir, Fasha pasó de largo a los dos soldados ante ella entrando a la base Saiyajin, aunque el dolor y el cansancio torturaban su cuerpo sin cesar a cada paso que daba, la Saiyan no detuvo su avance en ningún momento. Luego de recorrer varios corredores y pasillos, encontró a algunos Saiyajins en uno de los comedores de la base, rápidamente entró y todas las miradas se dirigieron a ella viendo que respiraba agitadamente, Fasha no entendía que hacían ahí despreocupados sabiendo que Freezer se aproximaba, pensó que ya estaban preparados para la lucha, internamente la Saiyan se preguntó si Bardock les avisó sobre el ataque del tirano espacial:

―¡Oigan miren! Pero si es Fasha ―dijo uno de los Saiyajins.
―¿Han visto a Bardock? ―preguntó cansada la hembra.
―Ah sí, estuvo aquí hace poco ―dijo una Saiyajin.
―Ese loco de Bardock solo vino a decir estupideces, ¡Que el gran Freezer planea destruirnos! ―dijo otro Saiyan lanzando una carcajada aun creyendo que eso era absurdo.
―¡Pero si es verdad idiota! ¡El planea destruirnos a todos! ―dijo Fasha enfurecida.
―¿Tu también? ¿No me digas que tu le crees a ese demente de Bardock? ―preguntó burlón uno de los Saiyans.
―Quizás por la golpiza que les dieron empiezan a alucinar ―dijo otra Saiyan sonriendo burlona.
―¡¿Cómo pueden ser tan estúpidos?! ¡Si no hacemos algo, todos moriremos! ―dijo Fasha desesperada.
―¡Di lo que quieras! ―le gritó un Saiyajin
―¡Mejor no molestes! ―gritó otro Saiyajin―. ¡Vete a decir estupideces a otra parte!

No se esperaba esa actitud de sus compañeros Saiyajins, ahora entendía porque Bardock no estaba con ellos, tampoco le habían creído, y Fasha se preguntaba en donde estaba en esos momentos, ella no perdió el tiempo y se fue del comedor, volvió a correr por los pasillos de la base hasta salir de ella, se acercó a su capsula y la abrió sacando de ella un rastreador, se lo colocó y empezó a buscar alguna otra presencia cerca de ella.
El rastreador inmediatamente localizó una fuerza incrementándose, ella miró hacia donde provenía dicha energía distinguiendo a alguien en la azotea de la base, sorprendiéndose al descubrir que se trataba de nada más y nada menos que Bardock, aunque no lo vio por mucho tiempo ya que este despegó siendo rodeado por un aura de energía azulada, Fasha lo siguió con la mirada viendo que se dirigía al espacio, pero al ver con más detenimiento pudo avistar a lo lejos la enorme nave de Freezer dirigiéndose al planeta Vegeta.
Apenas y lo creía, Bardock se estaba lanzando hacia un encuentro contra Freezer y su ejército, completamente solo, ella conocía muy bien la fuerza del Saiyajin de armadura verde, hasta se atrevía a decir que era tan fuerte que el rey Vegeta, pero dudaba que incluso Bardock podría derrotar a Freezer y sus hombres si luchaba solo contra ellos, pero al parecer los demás Saiyans no querían aceptar la realidad, la ira y el odio crecían dentro de la hembra Saiyajin, haciendo sus deseos de lucha más concretos, tal como había dicho antes, ella lucharía hasta llegar a Freezer y hacerlo pagar. La guerrera fue rodeada por un aura de energía rosada preparándose para la batalla que le aguardaba

―¡Freezer! ¡Te arrepentirás haberte metido con los Saiyajins! ―y se lanzó al espacio para alcanzar a Bardock y luchar a su lado.
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La nave del tirano había dejado salir a miles de soldados, y ahora el Saiyajin luchaba arduamente contra ellos para hacerse paso. No importaba cuántos soldados intentaran detenerlo, ninguno podía frenar al enfurecido guerrero, fue cuando un gran número de ellos se abalanzaron contra el Saiyajin, sujetándolo entre todos para intentar detenerlo, pero ni eso fue suficiente, Bardock observó que se acercaba a la nave:

¡FREEZER! ―gritó Bardock enfurecido.

Abriendo la palma de su mano, liberó una gran cantidad de energía la cual sirvió para quitarse varios soldados de encima, pero algunos cuantos se volvieron a abalanzar contra el Saiyan disminuyendo un poco su velocidad:

¡FREEZER! ¡SAL DE TU NAVE! ―se detuvó al estar frente a frente con la nave del tirano―. ¡COBARDE! ¡JAMAS TE PERDONARE!

De pronto, la compuerta superior de la nave comenzó a abrirse, y de ella comenzó a emerger el mismo Freezer en su silla flotante, manteniendo una expresión seria en su rostro. Los soldados que sujetaban a Bardock lo soltaron de la pura impresión de ver llegar a su gran líder en ese momento, Freezer se elevó hasta estar a la misma altura en la que estaba el Saiyajin, el cual sonreía de emoción, finalmente le había llegado el momento de enfrentársele y tener la oportunidad de vengar a sus compañeros caídos:

―Ahora…ahora todo cambiara ―le dijo Bardock sin perder su sonrisa de emoción―. Yo cambiare el destino del planeta Vegeta.

Freezer se mantenía en silencio y con la mirada fija sobre el Saiyajin, lentamente alzó su brazo revelando que en uno de los dedos de su mano formó una pequeña bolita de energía brillante de un color entre amarillo y naranja:

―Y…el destino de los míos…el destino de Kakarotto ―el tirano puso el brazo en alto mostrando la pequeña esferita de energía que aun sostenía con un dedo―. Y también… ¡Tú destino!

Bardock concentró toda la energía que le quedaba en la palma de su mano derecha, formando una gran esfera de energía giratoria, de un brillante color blanco azulado, pero Freezer parecía no inmutarse ante su amenaza:

¡MUERE, MALDITO! ―dijo Bardock lanzándole su poderoso ataque a Freezer.

Pero el conquistador permaneció un momento quieto viendo como el ataque del Saiyajin se dirigía hacia él, pero cuando este estaba a medio camino de culminarse, Freezer solo sonrió de forma malvada y la pequeña bolita de energía que hasta ahora levitaba sobre la punta de su dedo, empezó a incrementar su tamaño velozmente, tanto que el ataque del Saiyajin fue fácilmente consumido por ella al hacer contacto.
Freezer sonrió aun más al ver la expresión sorprendida de Bardock en su rostro al ver que su último ataque no funcionó en lo más mínimo, pero antes de que la técnica del tirano alcanzara su máximo poder, una ráfaga de energía rosada impacto contra la silla flotante de Freezer haciendo que este la abandonara y detuviera su ataque. Bardock volteó a ver al autor de dicho ataque, y con mirada atónita descubrió que Fasha se encontraba cerca de él con brazo aun extendido hacia Freezer y la mano aun resplandeciente por el ataque que lanzó mientras respiraba cansadamente:

―¡¿Fasha?! ―preguntó sorprendido el Saiyajin.
―Terminemos…con él…de una buena vez ―dijo Fasha preparándose para otro ataque.

La Saiyan formo una esfera de energía en su mano y la lanzó a Freezer con gran velocidad, este se preparó para bloquear el ataque de la hembra, pero en ese momento la energía tomo repentinamente rumbo hacia arriba quedando sobre el conquistador, Fasha se concentró y esa esfera de energía se dividió en nueve e inmediatamente fueron lanzadas contra Freezer.
No pudo bloquear todos los ataques por lo que tres terminaron impactándose contra él, distrayéndolo lo suficiente como para que soltara el ataque que estaba preparando, dirigiéndose hacia el planeta Vegeta, Fasha llegó al lado de Bardock y ambos vieron el ataque de Freezer acercarse:

―Su ataque no está a su máximo, tal vez podamos detenerlo ―le dijo Fasha a Bardock―. ¿Aun puedes luchar?
―Utilicé toda mi fuerza en ese ataque…no puedo mas ―dijo Bardock adolorido.
―¿Pero de que hablas? ¿Acaso te estás rindiendo? ¡Qué patético eres! ―le dijo Fasha con repulsión.
―¡¿Patético?! ―dijo enfurecido el Saiyan.
―¡El Bardock que yo conozco seguiría luchando! Este no es el Saiyajin del que me enamo… ―Fasha se calló en el acto.

Bardock no comprendió la última frase, la Saiyan esquivó la mirada para ocultar un leve sonrojo en sus mejillas, desde hace mucho tiempo ha tenido sentimientos por el Saiyajin a su lado, antes pensaba que era simple atracción, pero con el paso del tiempo ella se dio cuenta de que sentía algo muy profundo por Bardock, se dio cuenta de que el ataque de Freezer se acercaba a ellos, este no era el mejor momento para hablarlo, por lo que miró de nuevo al Saiyan y optó por rectificar lo que había dicho:

―Ya llegamos muy lejos para echarnos para atrás ―dijo Fasha decisiva―. ¡Hay que luchar hasta el final! Aunque el resto de idiotas no quisieron ayudarnos, no es excusa para dejar a ese maldito con vida.

El guerrero recordó las últimas palabras de su amigo Tooma, no podía dejar que sus últimas palabras fueran en vano. Bardock miró en dirección hacia donde el ataque se avecinaba contra ellos, su rostro se torno decidido ignorando la falta de energía en su cuerpo, esto no pasó inadvertido por Fasha quien sonrió al ver renovados los deseos de lucha del Saiyan a su lado:

―Tienes razón Fasha, hay que matar a ese canalla ―le dijo Bardock a Fasha seriamente.
―¡Eso es! Ya me estabas preocupando Bardock ―dijo Fasha―. ¡Hasta el final!
―¡Moriremos luchando! ―bramó Bardock con valor―. ¡COMO SAIYAJINS QUE SOMOS!

Y así, reuniendo toda la energía posible de sus cuerpos, juntos lanzaron una poderosa onda de energía dirigida hacia la gran esfera destructiva de Freezer, pero tanto el tirano como los Saiyajins desconocían que la energía del ataque de Bardock aun se encontraba encendida dentro de la técnica de Freezer, y cuando el ataque de los Saiyans impactó contra ella, se formó una abominable explosión que hizo retroceder a todos los presentes. Los Saiyans sonrieron al ver que detuvieron el ataque de Freezer, pero la euforia que invadía a los guerreros desapareció cuando de entre el intenso brillo del estallido se formó una especie de tifón tratando de arrastrar a los Saiyajins hasta su interior, y el primero en ceder ante la succión fue Bardock al haber agotado sus fuerzas, Fasha intentó impedirlo sujetándolo por el pie, pero a ella tampoco le quedaban energías para resistir y sin más remedio ambos guerreros cayeron dentro del vórtice e inmediatamente aquel torbellino de energía se desvaneció…

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