martes, 4 de enero de 2011

Sonreir

"Batalla de horrores"
Capitulo 1
(Fragmento)

Las clases habían llegado a su fin por este día, los demás guardaban con rapidez los útiles en sus respectivas mochilas, emocionados por salir del salón de clases para comenzar con una tarde llena de juegos y diversión, los niños y niñas del grupo se levantaron de sus asientos desordenadamente como es de costumbre y caminaron hacia la puerta empezando a salir del salón.
Lentamente me levante de mi asiento sin sentir ningún tipo de dolor esta vez, voltee a ver a la maestra Jessica de espaldas hacia mí limpiando del pizarrón el trabajo realizado en este día, termine de guardar mis útiles y me colgué mi mochila lista para irme…pero no sin antes despedirme.
Me acerque al escritorio de la maestra quien terminaba de borrar el pizarrón, tome un profundo respiro y suspire audiblemente haciendo que ella volteara:

—Sally… —dijo mirándome con sorpresa—. ¿Qué sucede? Las clases han terminado.
—Eso ya lo sé, es que con eso de que mañana no hay clases y el lunes tampoco, no la veré por mucho tiempo, solo quiero despedirme de usted —le dije con una sonrisa al final.

Rodeé el escritorio hasta estar a un lado de mi maestra, ella se inclino levemente besando mí mejilla y yo igual bese la suya, luego nos dimos un leve abrazo por un momento en señal de despedida, nos separamos después de unos segundos mirándonos sonrientes:

—Adiós Sally —dijo Jessica suavemente.
—Adiós Jessica, ¡Digo! ¡Maestra! —dije nerviosa.
—Tranquila, mientras no estemos en clase, me puedes decir Jessica —dijo sonriéndome con ternura.
—…Esta bien, nos vemos —dijo dirigiéndome hacia la puerta.
—Cuídate —dijo Jessica amablemente.

Estaba por salir del salón aun sonriente, pero me detuve en el marco de la puerta, voltee a ver hacia el escritorio viendo como mi maestra estaba guardando sus cosas, la sonrisa en mi rostro fue reemplazada por un gesto de duda, aun tenía dudas respecto a que sentía por Jessica, ¿amor? ¡No! ¡No puede ser!, ella es mi maestra, una adulta y yo apenas una niña de trece años, no podía enamorarme de ella, no podíamos enamorarnos, lo nuestro no podía ser… ¿o sí?
Baje la vista con la mente ensombrecida, ya no sabía que pensar, estaba tan confundida y nerviosa que tenía ganas de echar a llorar, mis emociones giraban y giraban como un tornado sin darme una posible respuesta, sintiéndome atrapada en un profundo abismo oscuro sin ninguna señal de luz:

—Sally —alcé la vista—. ¿Pasa algo? —me pregunto Jessica con una sonrisa.

Al escuchar el sonido de su voz sentí algo en mi interior, aquella sensación recorrió todo mi cuerpo creciendo a tal punto que me hizo decir suavemente el nombre de la mujer que miraba en este momento, no sé porque pero las sombras se alejaron de mi mente y la confusión se desvaneció, di un paso hacia delante, luego di otro, y finalmente corrí hacia el escritorio dando un brinco para subirme en el, sonriente voltee a ver a mi maestra quien me miraba con sorpresa y sin dudarlo fundí mis labios con los de ella en un apasionado beso.
Rodeé su cuello con mis brazos atrayéndola con fiereza, no quería que se alejara de mi ni en este momento ni nunca, ahora estaba más que segura de mis sentimientos hacia ella, quiero estar con Jessica y que nunca se aparte de mi lado. Ella correspondió mi beso con pasión sujetando mi cintura fuertemente, ahora me queda claro, me quiere, lo que antes quería ignorar ahora es una realidad, nos amamos.
Nos separamos respirando agitadamente, nuestro aliento se agoto hasta el máximo pero bien había valido la pena, en ningún momento deje de observar sus hermosos ojos color miel y ella tampoco aparto la vista, mi respiración poco a poco se normalizo y pude sonreírle, estaba realmente feliz:

—Gracias Jessica —le dije
—Sally ¿Por qué…? —me pregunto mirándome confundida.
—Es que me he dado cuenta…que te quiero…solo a ti —le dije sonriendo tímidamente.
—…Y yo a ti —dijo Jessica sonriéndome cariñosamente—. Extrañaba tu sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario