sábado, 1 de enero de 2011

Descansa en paz...

"Herencia diabólica"

Capitulo 5
Yo quiero un héroe
(Fragmento)

SANDRA

No quiero morir…

Solo eso pensaba, es el único deseo de mi corazón en este momento, el cual latía desenfrenado viendo como Pinhead estaba a punto de lanzar su ataque contra nosotros. Mire a José quien a pesar del cansancio que se denotaba en su cuerpo, se materia firme frente al enemigo.
Deseo vivir, lo deseo con todas mis fuerzas ahora que el loco amor que tengo por mi hermano…es correspondido, ya no había tiempo de recordar ni de mirar atrás, como había dicho Ash, el camino de un elegido es duro, pero debemos seguirlo hasta el final:

—¡Llego el momento de que los guerreros del horror! ¡SE DESPIDAN DE ESTE MUNDO! —bramo Pinhead listo para darnos su último golpe.

Nos preparamos para su ataque, con la esperanza de poder contraatacarlo y el deseo de vivir firme en mi corazón…paso un breve momento de silencio y…nada ocurrió. Me extrañe por un momento pero sin bajar la guardia, mantuve la vista fija en la gran llama roja con Pinhead en su interior, esperando que en este momento nos atacara con…no sé, una onda de energía, una llamarada o algo, pasaron unos segundos más y… nada, ni siquiera un temblor, voltee a ver a José quien también estaba extrañado, ¿no piensa atacarnos?:

—¿Pero qué demonios? ¿Qué pasa? —se pregunto Pinhead confundido—. ¿Qué está pasando? ¿Qué le ocurre a mi poder?

De forma sorpresiva la gran llama en la que estaba Pinhead comenzó a ser absorbida por un pequeño objeto que levitaba por encima de él, haciendo que volviera a su forma original. Mire el pequeño objeto, descubriendo que se trata de un libro…claro, el necronomicon.
Ahora Pinhead se encontraba de pie en el centro de la cueva con una expresión confundida mirando a su alrededor, pero de pronto de la nada empezó a manifestarse una gran cortina de humo negro cerca del cabeza de alfileres, y empezó a juntarse hasta volverse una especie de sombra, cuya forma parecía la de un espectro que solo tenía la parte superior de su cuerpo, tenía seis enormes y puntiagudas alas, largos brazos con garras en ellos, no identifique una forma exacta a su rostro, pero dos orbes rojos en el miraban a Pinhead, haciendo que este retrocediera un poco:

¡MENTISTE! —le grito enfurecida la sombra con voz tenebrosa—. ¡Contaminaste mi esencia con extrañas energías demoniacas! ¡Destruiste el mismo infierno cenobita en tu afán de controlar la existencia! ¡¡¡TE HE DADO PODER Y NO TENGO NADA!!! —bramo la sombra comenzando a rodearlo.
—¡No! ¡Espera! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Retrocede! —suplico Pinhead desesperadamente.
¡NADIE TRAICIONA A XIPE TOTEC INDIGNO SER DE CARNE! ¡DEBES PAGAR EL PRECIO DEL INFIERNO! ¡¡¡KLATU!!! ¡¡¡VERATA!!! ¡¡¡NIKTO!!! —bramo Xipe Totec.

El necronomicon que hasta ahora levitaba silenciosamente sobre Xipe Totec y Pinhead se abrió liberando un pequeño flash de luz azul que se transformo inmediatamente en una especie de vórtice. Xipe Totec rodeo por completo a Pinhead encerrándolo en una esfera oscura escuchando sus intensos gritos de dolor y agonía pero de un momento a otro se callaron dejándonos en la incertidumbre y la intriga.
La esfera oscura se deshizo volviéndose a manifestar Xipe Totec dejando ver lo que le hizo a Pinhead, ahora se encontraba tumbado en el suelo, aparentemente ahora no le era tan cómodo tener esos alfileres en la cabeza y esas heridas en su cuerpo tampoco le ayudaban mucho, podía ver que intentaba lanzar gritos, pero estos se ahogaban por el dolor que notablemente invadía su cuerpo, Pinhead había vuelto a ser humano.
Xipe Totec se transformo nuevamente en aquella esfera oscura y sin decir nada mas salió velozmente de la cueva sin mirar atrás. El vórtice creado por el necronomicon liberaba una potente fuerza de succión, empezando a llevarse algunos escombros y cadáveres a su interior. Mi hermano y yo nos miramos al mismo tiempo…era momento de acabar con Pinhead de una vez por todas.
Corrimos hacia ese demonio a la par, y cuando este logro con mucha dificultad ponerse de pie, mi hermano lo ataco clavando el filo de su espada directo en el pecho de Pinhead, haciendo que este lanzara un gran alarido de dolor haciendo eco en toda la cueva, la batalla llego a su fin:

—Te dije que no ibas a sonreír —le dijo mi hermano sacando la hoja de su pecho.
—Bienvenido al infierno —le dije dándole un puñetazo que lo lanzo hacia arriba.

El inerte y humano cuerpo de Pinhead se elevo hasta ser absorbido por el vórtice, rápidamente comenzó a cerrarse hasta volver a ser ese pequeño flash de luz de un principio, el necronomicon se cerro y dejo de levitar cayendo en nuestra dirección.
El libro choco contra el suelo cerca de nosotros, y nos acercamos para verlo mejor. La superficie del necronomicon era rugosa, de un color café muy oscuro, además tenía una especie de rostro en la portada, el cual de pronto abrió los ojos mirándonos fijamente:

—Sandra…José… —dijo el necronomicon sonriendo con burla—. Vaya que han crecido desde la última vez que nos vimos…elegidos.
—…Sandra —me dijo José tomando la escopeta de Ash y tendiéndomela—. ¿Harías los honores?
—Encantada, José —le dije sonriéndole coqueta tomando el arma.
—Adelante, destrúyeme —nos dijo el libro—. No olviden que hay miles como yo, esto apenas comienza elegidos, y si no es por mí, algo mas los matara y cuando eso ocurra…estaré ahí para tragarme sus almas.
—Pero por el momento —dije apuntándole con la escopeta—. Trágate esto.

¡Bang!

El libro se hizo pedazos al instante, recargue la escopeta en mi hombro volteando a ver a mí amado con una sonrisa confiada, el correspondió la sonrisa:

—Groovy —le dije.
—Si, groovy —dijo José cayendo pesadamente de espaldas.
—Debes estar exhausto —le dije sin perder la sonrisa—. Vamos con los demás para irnos de aquí —le volví a decir, estaba por irme pero José seguía en el suelo—. Oye José, vamos, te estoy hablando —no recibí respuesta, seguía sin moverse—. ¿José? —me acerque a él para ver que le pasaba, y vi un pequeño charco de sangre formándose debajo de su hombro—. ¡JOSÉ!
—¿Qué pasa? —pregunto Riley llegando a mi lado de pronto.
—¡Esta herido! —le dije asustada—. ¡No me responde! ¡José! —seguí hablándole tratando de despertarlo.
—¿Qué sucede? —pregunto Sherryl acercándose a nosotros junto con los demás.
—José esta herido —le dijo Riley revisando a José—. ¡Diablos! ¡Ha perdido mucha sangre!
—Déjame verlo —dijo Alfred acercándose a mi hermano tomando su muñeca—. No…
—¿Qué sucede? —pregunte nerviosa—. ¡Dime Alfred!
—¡No…! —dijo Alfred alterado—. ¡No siento su pulso! El…esta…
—¡NO! —exclame con lagrimas en los ojos—. Vamos José levántate, se que aun estas con vida…por favor José…no me dejes, ¡No puedes irte ahora! ¡Dijiste que me amabas! ¡Solo contigo quiero permanecer el resto de mi vida! ¡Porque te amo José!...y solo a ti…José despierta por favor...abre los ojos... ¡José!... ¡JOSÉ!
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Miraba con tristeza la lapida frente a mí, aun me parece mentira que se haya ido, tantas experiencias que vivimos juntos que ahora son solo recuerdos. Todos están aquí, excepto Freddy que en cuanto termino la lucha se había ido sin decir adiós, aunque no esperaba que lo hiciera, y tampoco me importaba.
Una lagrima broto deslizándose suavemente por mi mejilla hasta abandonar mi rostro cayendo al suelo, es verdad que el camino de los elegidos está lleno de dolor, si de esto trata este camino hubiera preferido nunca ser elegida, pero no podía mirar atrás, es un camino que debo seguir hasta el final…y por el…seguiré…

El toma mi mano…sonrío.

—Sandra…a él no hubiera querido verte triste —me dijo José con una sonrisa.
—Es que lo extraño —le dije secándome las lágrimas.
—Lo sé —me dijo—. Yo también lo extraño.
—Descansa en paz…Ash —dije con una sonrisa mirando la lapida y su grabado…

Ashley J. Williams

Aquí yace el rey

Un héroe de verdad

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