sábado, 1 de enero de 2011

Adios papa...

"Herencia diabólica"

Luego de una vida llena de dolor, odio y tenebrosas muertes, el no sabe qué hacer ahora con el resto de su existencia, hasta el más cruel de los asesinos necesita reflexionar...y saber dejar lo oscuro de su pasado...

...atrás...

FREDDY

Andaba por las calles vacías de la que alguna vez fue mi ciudad natal, y ahora no es más que un pueblo fantasma. Recordé varias de mis hazañas pasadas al pasar por las distintas casas de mis antiguas victimas, riéndome en mi trayecto.
Pase por un lugar que me reconfortaba incluso en estos momentos, ya que el olor de la sangre aun era vivo en este lugar, ¡Ah, la calle Elm! ¡Qué recuerdos! Aquellos dulces gritos de terror…y ese canto que anunciaba mi llegada…

Uno, dos, Freddy viene por ti…
Tres, cuatro, cierra la puerta…
Cinco, seis, toma el crucifijo…
Siete, ocho, mantente despierto…
Nueve, diez, nunca más dormirás…

¡Qué divertido era aquello!, pero no todos los recuerdos eran buenos, cerca de donde estaba logre ver la antigua casa donde vivía con mi hija, Kathryn. Sin importar lo bien que me sentía estar por ahí de nuevo, nunca he considerado este lugar como un hogar, nunca he tenido un hogar y tampoco planeo tenerlo, la calle Elm solo ha sido y siempre será solo mi lugar de juegos, mi gran carrusel de sangre, y cada lugar en el mundo tiene su Elm street…pero eso daba igual, no vine ahí a recordar.
Reanude mi camino, y casi llegando a los límites del pueblo, aviste a lo lejos la casa de Kathryn empezando a prepararme. Entre a la casa y rápidamente di con el cuerpo de mi hija, sirviéndole de refugio a los gusanos y las moscas, su cabeza estaba tirada en el piso mientras que el cuerpo permanecía sentado en una silla cerca de la cama.
Al ver suficiente salí de la casa, y estando en una distancia alejada de ella, lance un potente rayo de energía hacia la habitación de donde estaba el cuerpo de Kathryn, iniciando un incendio en ella. Una vez que la casa fue consumida por las llamas terminando hecha escombros, camine hacia la casa.
No había rastro del putrefacto cuerpo de mi hija, pensando que se había hecho cenizas por el incendio tal y como lo planee, camine hasta estar en el centro de donde alguna vez hubo una casa:

—No sé por dónde comenzar —dije rascándome la sien con una de mis cuchillas—. ¡Diablos! Ni siquiera sé porque vine aquí, pero en fin…te has de estar preguntando a que vine aquí en primer lugar… se que nunca he sido un padre ejemplar…pero bueno, nadie es perfecto… —hice una pausa y luego continúe—. Tu una vez me dijiste que la bondad en mi puede ser más grande de lo que yo creo, ¡Y maldita sea! ¡Tal vez tengas razón!, antes matar era la razón de mí vivir, y no tengo por qué engañarte, ¡Me encantaba matar! ¡Lo amaba!...pero ahora no se qué hacer, ahora que los demonios del sueño no me controlan, y con tantas cosas que me han pasado…no disfruto el matar tanto como antes, la crueldad en hacerlo a desaparecido… ―hice otra pausa mirando al cielo―. …Ahora te voy a decir porque vengo aquí…a darte las gracias…no mate a todos esos niños por el hecho de vengarme porque me jodieron la vida…bueno, en realidad si, y lo disfrute mucho, pero tenía otra razón quizás aun mas importante…lo hice porque te alejaron de mi…a ti…la única luz en mi vida oscura, contigo por primera vez me sentí…en mi hogar… —sonreí solo para ella—. Descansa en paz, Kathryn…

Di media vuelta dispuesto a irme, pero al dar un par de pasos, note que cerca mío en unos escombros había un sobre de carta medio quemada, tome el sobre con una mano viendo que estaba casi intacto, voltee el sobre y vi escrito las palabras “para Freddy”. Sin decir más use una de mis cuchillas y lo abrí, saque la nota y la desdoble, descubriendo que solo tenía escrita a lápiz un par de palabras…pero justo las que necesitaba…

Adiós papa

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