viernes, 29 de octubre de 2010

CRIATURAS DE LA NOCHE

En 1887, Londres fue invadido por el hechicero Zortak… nunca nos imaginamos que volvería a crear una vez más muerte y destrucción… cada una de sus retorcidas creaciones hechas por cuerpos humanos, animales o de cualquier otra cosa creaban un reino de terror por todo el territorio Británico.
Ningún ser vivo estaba a salvo de esos monstruos, persiguiéndote como una presa y una vez que te atrapaban, te devoraban como viles buitres carroñeros hasta que Zortak aclamaba tu cuerpo putrefacto para iniciar un nuevo ciclo de oscuridad… debíamos detenerlo a cualquier costo.
Creamos un grupo secreto llamado “El Dragón Blanco” el cual tenía la misión de encontrar y destruir a estas horrendas criaturas de la noche…
Durante mucho tiempo, la matanza y sangre que era derramada  por las calles de Londres me incitaban hacia la depresión, pero pronto ese sentimiento se hizo a un lado convirtiéndome en una cazadora sádica y apasionada. Ver cada una de esas  monstruosidades me volvían cada vez más asesina, llevándome hasta la locura.
Mis compañeros me enviaron a un hospital psiquiátrico con la intención de desaparecer esa adicción enfermiza, pero sabían que me necesitaban para combatir las criaturas de Zortak.
Pasaron días… pasaron meses y esto comenzaba a enloquecerme, quería salir una vez más a las calles a continuar mi cacería… en lo que muy pronto no tardaría en probar una vez más el olor de la sangre…
El hospital psiquiátrico fue atacado sorpresivamente por esos monstruos; uno a uno tomaba una víctima y les arrancaban cada miembro de su cuerpo, incluyendo los órganos… había llegado mi momento de crear una vez más una carnicería…
Una vez habiendo escapado de mi celda, mis ojos no creían lo que veían: Todo el lugar había sido destrozado con gran crueldad. En el camino me topaba con partes mutiladas de cadáveres, pero mi sorpresa fue más extensa al ver que era la única sobreviviente… todos habían sido asesinados.
Al principio un sentimiento de tristeza me consumió, pero luego me di cuenta de que ahora nadie me detendría en proseguir con mi obsesión… Acabar con todos esos demonios era una sensación satisfactoria pero al mismo tiempo aborrecible, pero no me importaba ni en lo más mínimo.
Este lugar solo me había causado tormento, rencor, odio… pero sobre todo locura…
Locura… una palabra que pondría a alguien con los pelos de punta, sin embargo para mí, era una motivación completamente placentera… esta vez Zortak no escaparía de mi y de los otros miembros de “El Dragón Blanco”…
Espera un momento… ¿Los otros? Ellos me necesitan más que nunca, en especial mi compañero…
El tiempo que estuve encerrada en este manicomio, fui víctima de horribles pesadillas las cuales me atormentaban todo el tiempo, haciéndome perder la noción del sentido ¿Acaso eran visiones? O simplemente… no lo sé… fuera lo que fuera tenía que encontrar a mis camaradas como diera lugar.
El camino estaba obstaculizado por varias criaturas de pesadilla… no había problema en apartarlas del camino. Utilizando mis habilidades de combate, destrozaba con un gesto sádico a cada enemigo, aplastando sus cráneos como si fueran unisel, cortándolos en pedazos como un trozo de carne listo para cocinar.
Tal vez piensen que soy una persona con problemas mentales, en lo cual es cierto en algunos casos, pero no porque realmente haya enloquecido, sino por la protección de los inocentes… esa era la razón por la que poseía una personalidad violenta… pero olvidemos esto, lo más importante era poder salir de este maldecido lugar.
El olor a descomposición y sangre fresca, era un festín exquisito, algo con lo que para mí era un paraíso retorcido.
El lugar era un laberinto, un callejón sin salida custodiado por seres de ultratumba.
¿Por qué debía ser la única sobreviviente en este lugar? ¿Qué era lo que planeaba Zortak?
La respuesta es revelada en un acto nauseabundo… el hechicero me había mantenido prisionera en este hospital, experimentando conmigo como un animal de laboratorio… soy su juguete de entretenimiento, una víctima de la demencia y lo peor era que todas esas criaturas que había destrozado a sangre fría habían sido mis compañeros… Zortak me había utilizado para terminar con su trabajo sucio ¡NO!
¡Lo pagarás! ¡Juro que lo lamentarás, hechicero! ¡Podrás huir a donde sea, pero te encontraré! Y una vez que lo haga ¡Me aseguraré de expandir cada miembro de tu cuerpo por el mundo, quedándome con tu cerebro y corazón!
Me he transformado en un monstruo… eso es lo que siempre seré por el resto de mi vida… un alma condenada a presenciar el tormento y la culpa por toda la eternidad… al menos que consiga la redención absoluta de alguna forma pero ¿Cómo? ¿Cómo podré pedir perdón a aquellos quienes asesiné sin ninguna compasión?
Solo el tiempo lo dirá, entre tanto mi maldición es y será lamentarme por las muertes de mis camaradas…
No puedo huir de la oscuridad… me he convertido en un monstruo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario